domingo, 22 de noviembre de 2009

La próxima revolución

Acabo de leer el artículo que publica Eduardo Punset en la revista XL Semanal y, como de costumbre, estoy plenamente de acuerdo con él. Se pregunta cuál será la próxima revolución y da una respuesta directa, próxima, pero de gran calado: la educación. ¿Propone una nueva Reforma Educativa?. En absoluto. Como científico que es, indaga en las causas que originan el actual estado de descontento generalizado ante el hecho educativo, más que en poner remedios o paños calientes que camuflan pero no curan la enfermedad.
Y propone dos objetivos muy claros: UNO "aprender a gestionar la diversidad de las aulas modernas, a las que ha cambiado profundamente su cariz la globalización", fomentando la inteligencia social y no sólo la individual y DOS "que los maestros fomenten el aprendizaje de las emociones positivas y negativas", previas a los contenidos académicos destinados a la infancia.
Para lo cual, afirma, la profesión de maestro debe no ser tan liviana para pasar a ser las más compleja y sofisticada de todas.
Se me ocurre una reflexión final: muchas reformas educativas ha habido a lo largo del último siglo, la última, la LOE, de Mayo de 2006, pero ¿qué hay de la Formación del Profesorado? ¿Aportará algo la formación de Grado que propugna Bolonia, o será una simple readaptación o acomodación de lo actual?. ¿Quién y dónde se forman los profesores de los futuros profesores?
Inteligencia social, reconocimiento y gestión de las emociones positivas y negativas, dos buenos títulos para dos materias troncales en cualquier currículo de Formación del Profesorado con visión de futuro. ¿En qué Universidad se estudian ?

viernes, 20 de noviembre de 2009

Competencias básicas

“Formar personas competentes para la vida personal, social, académica y profesional”. Este es el marco de referencia que establece la C0misión Europea, la contribución que, en definitiva, se le pide a la escuela para la formación del ciudadano europeo de los próximos años.
Con frecuencia nos olvidamos cuál es la función de la escuela. Me asombra escuchar y leer cómo se pueden retorcer maliciosamente los argumentos de todo tipo para justificar,por ejemplo, que determinados centros acojan en sus aulas únicamente alumnos del mismo sexo. Su machacona idea fuerza es que "rinden más". Además de que es falso el argumento porque los niños y niñas que acuden a esos centros ya sabemos de qué extracto social proceden, ¿qué quiere decir eso de que "rinden más"? Tal vez tengan en el disco duro cuarto y mitad más de idioma extranjero, puede que controlen algo mejor los accidentes orográficos del Asia Meridional o que cometan menos errores cuando operan con Ruffini, ¡qué sería de nuestra vida sin los polinomios!..
Volvamos a las competencias básicas: "...para la vida personal, social, académica y profesional". Este principio genérico se desarrolla a través de ocho competencias. En concreto, la quinta se refiere a ser competentes en nuestras relaciones sociales y ciudadanas. También sabemos que las competencias han de enseñarse emulando contextos lo más parecidos a la realidad. ¿En qué otras situaciones de la vida nos agrupamos de esa misma manera, en función del sexo, que no sea en determinadas órdenes religiosas?. La coeducación trajo como exigencia la cohabitación de hombres y mujeres en todas las instituciones. Se pueden seguir defendiendo situaciones elitistas y segregadoras, pero deberían llamarle a las cosas por su nombre y no refugiarse en eufemismos de excelencia. Y en este orden de cosas, aquellos centros educativos que por su filosofía pongan en cuestión lo que propone el Consejo Europeo y exige la LOE (BOE el 4 de mayo de 2006) respecto al cumplimiento de las Competencias Básicas, tal vez deberían ellos pagarse su fiesta particular y el dinero público destinarlo a los centros que están en mejor posición de cumplir con las leyes actuales y prestar la educación debida al común de los ciudadanos europeos del futuro.