jueves, 17 de septiembre de 2009

La autoridad escolar

Quieren darle a los profesores más autoridad. Al parecer es el gran problema de nuestra escuela. La escuela, ese trasatlántico, que surca mares y océanos, siempre con el mismo rumbo, independientemente de las vicisitudes de la mar, de si hay o no temporal. ¡Allá el temporal se las apañe, que amaine, si quiere!.
Imaginemos, por un momento, que los profesores y maestros ya tienen más autoridad otorgada, o sea, dejémonos de eufemismos, tienen más poder. Vale, sigue habiendo alumnos disruptivos, algunos contestan de forma improcedente, otros se niegan a comer el menú instructivo que les ofrece la escuela...¿qué podremos hacer entonces que no podamos hacer ahora? No pegar, no castigos degradantes, no expulsiones indefinidas, supongo que no irán por ahí los tiros. Porque la autoridad otorgada, la que te da el uniforme que llevas o la función que desempeñas, esa autoridad se respeta o teme en la medida que sabes que te puede imponer una fuerte sanción. ¿Queremos convertir la escuela en una especie de cuartelillo? ¿Imponemos también el saludo? ¿De qué tipo el saludo? ¿Alguna fórmula del estilo "buenos días, Sr. Profesor, me alegro que haya descansado bien..."
Es todo muy absurdo. Como si a los coches de ahora mismo, para dotarlos de más seguridad pasiva, se les ocurriera a los ingenieros del ramo hacerlos con la chapa más dura y pesada. No, las investigaciones han dicho que nada de chapa más dura y pesada, sino que había que mejorar elementos clave tales como control de frenado, abs, dirección...etc.etc.
A la escuela le están sucediendo unas cuantas cosas que todo el mundo conoce y que inciden muy negativamente en su desarrollo:
En primer lugar, tenemos a las familias, la mayoría de las cuales tampoco son culpables sino víctimas. Víctimas de unos horarios infernales que imposibilitan una atención normal a sus hijos. En Europa, a las 6 de la tarde se acabó la jornada para casi todos, en España, a muchos aún le quedan 3 ó 4 horas de estancia en el puesto de trabajo. ¿Sería imposible legislar o hacer algo en este sentido? .Díganme si no las autoridades cuándo pueden esos padres estar con sus hijos...
En segundo lugar tenemos a los docentes. En los países nórdicos que se ponen como referentes educativos, ser docente es algo importante. Se parte de una selección inicial que tiene en cuenta no sólo la nota de corte sino también las aptitudes para desempeñar esta labor. Así, tiene una altísima consideración profesional. En España, el reloj se ha parado hace unos cuantos lustros en lo que respeta a la formación inicial.
En tercer lugar tenemos la organización escolar. Estamos hablando de espacios, horarios, currículos, profesionalidad de equipos directivos...etc. Hay serios problemas para cubrir los puestos de dirección de los colegios. De hecho, casi todos los directores son nombrados forzosos por la administración, no hay voluntarios que quieran asumir la tarea. ¿Por qué?. No creo que se trate únicamente por temas de más o menos complementos ecconómicos. Más bien debe tener que ver con la función que hay que realizar, reducida en buena parte a rellenar impresos que, con diferentes casillas, demandan los mismos datos para diferentes estamentos administrativos.
Dentro de la organización escolar está el qué enseñar y el cómo enseñarlo. Si al revisar un libro de texto escolar, da igual el nivel y materia que sea, entiendes que eso puede interesar a alguien, entonces, con perdón, no entiendes nada.
Estos son sólo algunos puntos para el análisis. Ya comprendo que reformar esta manera de entender las cosas, es costoso y lento. Pero no olvidemos algo que es tan cierto como que tras la noche viene el día: a los que no vamos a cambiar es a los chicos, a los alumnos; ellos son y viven en el siglo XXI, son nativos digitales, su plazoleta es la Red, son chicos 2 y 3.0. No vamos a tener ya nunca más alumnos del siglo pasado, entendámoslo. Eso, por suerte, no hay autoridad que lo pueda lograr.

3 comentarios:

Antonio Omatos dijo...

Buen regreso, Bieito, y encima con un tema polémico, como no podría ser de otra forma.
Aunque el tema es bastante complejo estoy básicamente estoy de acuerdo contigo.
Evidentemente, hay que tratar de corregir las aptitudes de alumnos disruptivos, las amenazas, etc... ¿Pero cual es el camino?. Más autoridad, no creo.
Aun así existen lagunas que nadie resuelve ni quiere resolver: ¿Quién controla la autoridad de los profesores?, ¿quién es capaz de evitar los ladrillos que les imparten a algunos alumnos?, ¿quién baja a la realidad a los profesores empoltronados?...

Aquí te dejo un enlace sobre el tema con una opinión más idealista que la mía del blog de la encantadora "Lourdes Barroso":

¿Autoridades o Educadores?

maruxiña dijo...

qué interesante el tema, yo no lo vivo en primera persona, pero sí en mi familia y me uno a la pregunta que plantea Toño, cúal sería el camino correcto? Los extremos no, está claro, pero dónde está el gris en este tema?

Biquiños !

Unknown dijo...

Los profesores, más que autoridad pública son vigilantes jurados, ya que la mayoría de los padres sólo busca en la escuela el aparcamiento oportuno que no les complique la vida. Y como son conscientes de que no dedican todo el tiempo necesario a sus vástagos se justifican defendiéndolos ante cualquier problema, como ellos lo saben lo aprovechan.