miércoles, 9 de marzo de 2011

LA VIDA SIGUE IGUAL

Después de una larga etapa alejado de las aulas, he vuelto. Este blog no dice nada desde hace un tiempo. Reflexión, introspección, silencio. Era preciso.
He vuelto al instituto y si esperáis que os cuente grandes novedades, podéis ya dejar de leer este post. Cuando hace trece años dejé las aulas para dedicarme a otros menesteres, los ordenadores tenían discos flexibles, no existían las cámaras digitales, nadie tenía teléfono móvil, no existían las pizarras digitales...no teníamos correo electrónico, ni existían las redes sociales. Desde hace trece años a esta parte, nuestra vida ha sufrido grandes transformaciones de las que aún no somos plenamente conscientes por encontrarnos inmersos en ellas. Aquellos niños eran analógicos, los de hoy son digitales.
¿Y la escuela? ...Es la clase, Don Antonio. La monotonía de la lluvia tras los cristales... Los niños, estos, siguen sin dar ni golpe, las familias siguen sin preocuparse de sus hijos, los profesores no podemos hacer más, la indisciplina, la desgana se ha apoderado de los centros escolares... Pensará Ud., Don Antonio, que en los centros, ante tal estado de cosas, estamos todos en un debate permanente, intentando aportar soluciones, formas diferentes de enfocar los problemas, proponiendo innovaciones que traten de dar respuestas a las necesidades que se nos plantean. Siento decepcionarle. Tenemos a dos grandes culpables sobre los que no podemos actuar directamente, así que, mejor no hacer nada: los políticos y las familias. Si los políticos fueran como los de Finlandia (sin ir más lejos) y si las familias fueran finlandesas, todo sería diferente. Lo malo es que el cambio climático parece que cada vez nos aleja más de ese país.
Le cojo prestados unos versos , Don Antonio. Me anima saber que ya está entre nosotros la primavera, siempre llega, cuando quiere, al margen de normativas y protocolos:
El campo parece, más que joven, adolescente.
Entre las hierbas, alguna humilde flor ha nacido,
azul o blanca. ¡Belleza del campo apenas florido,
y mística primavera!