Pruebas de evaluación diagnóstica

Hay un Colegio en Logroño que no cuenta entre su alumnado con minorías étnicas, ni inmigrantes, ni hijos de la calle, ni hijos de familias en paro, ni hijos de familias que malviven en pisos viejos a las espaldas de la luminosa ciudad, que al parecer obtiene un rendimiento algo superior a la media en las pruebas en la evaluación autonómica de diagnóstico escolar realizada por el gobierno de La Rioja. ¡Qué milagro!. Se trata, como puede verse, de un modelo de escuela inclusiva ya que, a las líneas definitorias anteriores, debemos señalar que no permite la coeducación en aras, dicen, de un mayor rendimiento escolar. Alguien debería enterarse qué significa eso de escuela inclusiva, antes de manosear tanto el término, como se está haciendo últimamente, sin ningún sentido. Esto es lo que quiere decir escuela inclusiva, según Nélida Zaitegui: "...Con una escuela inclusiva se trata de lograr el reconocimiento del derecho que todos tienen tanto a ser reconocidos, como a reconocerse a sí mismos como miembros de la comunidad educativa a la que pertenecen, cualquiera que sea su medio social, su cultura de origen, su ideología, el sexo, la etnia o situaciones personales derivadas de una discapacidad física, intelectual, sensorial o de la sobredotación intelectual.".
Los colegios públicos de esta Comunidad, también alguno concertado, como los de todas las Comunidades, sí son inclusivos. Posiblemente no salgamos tan monos en la foto de ese aprendizaje cortoplacista, memorístico y plurilingüe, pero debemos estar orgullosos de acoger a todo el mundo, sin excepción, porque la sociedad es así, por suerte, y en ella tenemos que convivir todos. En cierta medida siento pena de que determinados escolares destinados a ocupar puestos de relevancia el día de mañana pasen su período vital de formación alejados de la realidad. ¿Pueden ser "competentes" en su día para desempeñar determinadas funciones? Ganar una oposición les va a dar derecho a desempeñar trabajos de gran responsabilidad social, otra cosa será ganarse el respeto de la gente.
Estas pruebas de diagnóstico quedamos en que debían servir a cada centro para orientar su actividad educativa, hacer hincapié en las debilidades, evaluar su propia labor docente. En ningún caso deberían hacerse públicos los resultados porque no podemos comparar ajos con cebollas. Pues no se ha cumplido el pacto. Ese Colegio que segrega por razón de sexo y de religión, que no cuenta entre su alumnado con minorías étnicas..., ese centro que, ¡oh, milagro!, supera en unas décimas la media de los demás centros ya lo ha lanzado urbi et orbi: somos los mejores. Amén. (El proceso de matriculación está próximo)